Esta charla es del 12 de septiembre de 1947 y fue publicada en Cartas desde Sri Ramanasraman.
Un devoto que llegó aquí hace algún tiempo y había estado escuchando las
distintas discusiones en presencia de Bhagavan, se acercó a Bhagavan esta tarde
y respetuosamente preguntó, «Swami, se dice que Iswara, que es el reflejo del Atman y aparece como la mente pensante,
ha devenido el jiva, el alma personal
que es el reflejo de la facultad pensante. ¿Cuál es el significado de esto?»
Bhagavan contestó: «La consciencia reflejada del Sí mismo (Atman) es llamada Iswara, e Iswara reflejado
a través de la facultad pensante es llamada el jiva. Eso es todo».
El devoto: «Eso es correcto, Swami, pero entonces ¿Qué es “chidabhasa”?»
Bhagavan: «Chidabhasa es la sensación del Sí mismo que
aparece como el brillo de la mente. El uno deviene tres, el tres deviene cinco
y el cinco deviene muchos; es decir, el Sí mismo puro (satva), que
parece ser uno, deviene mediante el contacto, tres (satva, rajas y tamas)
y con esos tres, los cinco elementos vienen a la existencia, y con esos cinco,
el Universo entero. Es esto lo que crea la ilusión de que el cuerpo es el Sí
mismo.
En términos del espacio (akasa), se explica como estando dividido
en tres categorías reflejadas en el alma; el mundo ilimitado de la consciencia
pura, el mundo ilimitado de la consciencia mental y el mundo ilimitado de la
materia (chidakasa, chittakasa y bhutakasa).
Cuando la
Mente (chitta), se divide en sus tres aspectos, a saber, mente, intuición
y «yo» hacedor (manas, buddhi y ahankara), es llamada el
instrumento interno o “antahkarana”.
Karanam significa upakaranam. Las piernas, las manos y
otros órganos del cuerpo son llamados “bahyakarana”
o instrumentos externos, mientras que los sentidos (indriyas) que operan
dentro del cuerpo son antahkaranas o instrumentos internos.
Esa
sensación del Sí mismo, o mente brillante, que opera con estos instrumentos
internos, se dice que es el alma personal o jiva.
Cuando la consciencia mental, que es un reflejo del aspecto tangible de la
consciencia pura, ve el mundo de la materia, es llamado mundo mental (mano
akasa), pero cuando ve el aspecto tangible de la consciencia pura, es
llamado consciencia total (chinmaya). Por eso es por lo que se dice, “La
mente es la causa tanto de la esclavitud como de la liberación para el hombre (mana
eva manushyanam karanam bandha mokshayoh)”. Esa mente crea muchas
ilusiones».
El preguntador: «¿Cómo desaparecerá esa ilusión?»
El preguntador: «¿Es posible para toda la gente aferrarse a
esa vía de Auto-indagación?»
Bhagavan: «Es verdadero que es solo posible para mentes
maduras, no para las inmaduras. Para las últimas, se ha prescrito la repetición
de una oración o nombre sagrado en consonancia con la respiración de uno (japa),
la adoración de imágenes, el control de la respiración (pranayama), la
visualización de un pilar de luz (jyotishtoma) y prácticas yóguicas
similares espirituales y religiosas. Por esas prácticas, la gente deviene
madura y entonces realizará el Sí mismo por la vía de la Auto-indagación. Para
eliminar la ilusión de las mentes inmaduras respecto a este mundo, se les debe
decir que son diferentes del cuerpo. Es suficiente si uno dice, uno es Todo, Omnipenetrante.
Los Antiguos dicen que a aquellos con mentes inmaduras debe
decírseles que deben conocer al Veedor trascendente mediante la indagación en
los cinco elementos y desecharlos por el proceso de repetir, “Esto no, esto no
(Neti, neti)”. Después de decir esto, ellos señalan que lo mismo
que los ornamentos de oro no son diferentes del oro, así también los elementos
son su propio Sí mismo. Por consiguiente, debe decirse que este mundo es real.
La gente advierte las diferencias entre los diversos tipos de ornamentos, pero
¿reconoce el orfebre la diferencia? Él solo mira la idoneidad del oro. De la
misma manera, para el Alma Realizada, el Jñani,
todo parece ser su propio Sí mismo.
El método de Sankara era también el mismo.
Sin comprender esto, algunas gentes le llaman nihilista (mithyavadi), es
decir, uno que argumenta que el mundo es irreal.
Todo eso es charla insensata.
Lo mismo que cuando usted ve piedra labrada en la forma de un perro y se da
cuenta de que es solo una piedra, no hay ningún perro para usted; así también,
si usted lo ve solo como un perro sin darse cuenta de que es una piedra, no hay
ninguna piedra para usted. Si usted es existente, todo es existente; si usted
es no-existente, no hay nada existente en este mundo. Si se dice que no hay
ningún perro, pero hay una piedra, no significa que el perro huyese al ver
usted la piedra.
Hay una historia sobre esto. Un hombre quería ver el palacio
del Rey; así que salió en camino. Ahora, había dos perros labrados en piedra,
uno a cada lado de la puerta del palacio. El hombre permaneció a una distancia
tomándolos por perros reales y estaba temeroso de acercase a ellos. Un santo
que pasaba por ese camino, advirtió esto y llevó al hombre junto a él,
diciendo, «Señor, no hay necesidad de tener miedo». Cuando el hombre se acercó
lo suficiente para ver claramente, vio que no había perros, y que lo que él
había pensado que eran perros, eran solo piedras esculpidas.
De la misma
manera, si usted ve el mundo, el Sí mismo no será visible; si usted ve el Sí
mismo, el mundo no será visible. Un buen Maestro (Gurú) es como ese santo. Un Alma Realizada que conoce la verdad es
consciente del hecho de que él no es el cuerpo.
Pero hay una cosa más: a menos
que uno considere la muerte como una cosa que es muy cercana y puede ocurrir en
cualquier momento, uno no será consciente del Sí mismo. Esto significa que el
ego debe morir, debe desvanecerse, junto con los vasanas inherentes. Si
el ego se desvanece así, el Sí mismo brillará como el Sí mismo luminoso. Tales
gentes estarán en un plano espiritual elevado, libres de nacimientos y
muertes».
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