sábado, 17 de agosto de 2013

Precaria irrealidad proyectiva de la realidad

Esta mañana he comenzado a releer El resto es esclavitud, de Wei Wu Wei, y al final del segundo capítulo me he encontrado con unos pensamientos que reflejé por escrito en la misma página el 11 de agosto de 2010.


Lo transcribo a continuación.

El ego se conceptualiza como ente individualizado, presente en el cerebro del cuerpo, y distinto, como "res extensa" de todo su entorno, del Mundo; que a su vez se le aparecen como "cuerpos" ajenos al suyo, individualizados, no suyos.

Las percepciones se estiman exactas, reales, esto es: que reflejan realmente a los "cuerpos-objetos". No son consideradas como "interpretaciones sensoriales/conceptuales" provocadas por percepciones sensoriales que, en la oscuridad del cerebro, son "recogidas" y descodificadas. El resultado de esta descodificación es la "realidad sensorial" que el ego confunde con el objeto; quiero decir que el ego sólo tiene una "imagen sensorial descodificada" como "prueba real" de la "realidad externa", pero no tiene en cuenta tal hecho neuronal-biológico y, en cambio, se siente dentro de un "mundo" desnudo de tales mecanismos neurobiológicos".

Se ha acostumbrado a "vivir dentro" de ese "mundo de cosas extensas separadas de otros seres-cosas extensas, y no se da cuenta de que son "descodificaciones" cerebrales de percepciones sensitivas, sujetas por tanto a errores de descodificación.  Además a tales descodificaciones se añaden las proyecciones de complejos emocionales.

1 comentario:

  1. Gracias por el dato de este libro; muy buena explicación de ese proceso al que hace falta observar detenidamente y sacarlo de ese mecanismo rutinario para darle claridad.
    Un abrazo.

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