miércoles, 16 de marzo de 2011

El Vedanta Advaita -2- Lo que no es

EL VEDANTA Y LA TRADICIÓN OCCIDENTAL
"The Vedanta and Western Tradition", en Selected Papers: Metaphysics, Princeton University Press (Bollingen Series, LXXXIX), 1977. Traducción de Armando Hatzacorsian. Publicado en la revista Caminos, 2ª época, nº 6, invierno 1996-97, México.


(...) Un europeo difícilmente puede estar preparado para el estudio del Vedanta, a menos que conozca y comprenda cuando menos a Platón, Filón, Hermes, Plotino, los Evangelios (especialmente el de San Juan), Dionisio Areopagita y finalmente Eckhart, quien, con la posible excepción de Dante, puede ser considerado desde el punto de vista hindú como el más grande de todos los europeos.

El Vedanta no es una "filosofía" en el sentido actual de la palabra, y únicamente podemos llamarlo así cuando entendemos por "filosofía" la Philosophia Perennis o si tenemos en mente la "filosofía" hermética o la "Sabiduría" que consoló a Boecio. Las filosofías modernas son sistemas cerrados, y dan por hecho que los opuestos se excluyen mutuamente. En la filosofía moderna las cosas o son o no son; en la filosofía eterna esto depende de nuestro punto de vista. La metafísica no es un sistema, sino una doctrina coherente; no está relacionada simplemente con la experiencia condicionada y cuantitativa, sino con la posibilidad universal. Considera, por consiguiente, posibilidades que no son susceptibles de manifestación en ningún sentido formal, así como conjuntos de posibilidades que pueden ser realizadas en un mundo dado. La realidad última de la metafísica es una Identidad Suprema en la que las oposiciones de todos los contrarios, incluidas las de ser y no-ser, son resueltas; sus "mundos" y "dioses" son niveles de referencia y entidades simbólicas que no son ni lugares ni individuos sino estados del ser realizables en uno mismo.

(…) Debemos agregar, para quienes conservan ideas románticas "del misterioso Oriente", que el Vedanta no tiene nada que ver con la magia o el ejercicio de poderes ocultos.

(…) El Vedanta tampoco es una forma de psicología ni el Yoga una especie de terapéutica excepto de manera muy accidental. La salud física y moral son prerrequisitos para el progreso espiritual. El análisis psicológico es empleado exclusivamente para romper nuestra arraigada creencia en la unidad e inmaterialidad del "alma", con miras a una distinción más clara entre el espíritu y aquello que no es sino una manifestación psicofísica temporal de una de sus más limitadas modalidades. Cualquiera que, como Jung, insista en traducir la esencia de la metafísica hindú o china en psicología no está haciendo otra cosa que distorsionar el significado de los textos. La psicología moderna tiene, desde el punto de vista hindú, casi el mismo valor que se le adjudica al espiritismo, la magia y otras "supersticiones". Finalmente, debemos señalar que la metafísica el Vedanta no es una forma de misticismo, salvo en el sentido en que con Dionisio podemos hablar de una Theologia Mystica. Lo que comúnmente se entiende por "misticismo" implica una receptividad pasiva "debemos ser capaces de dejar que las cosas sucedan en la psique" es la forma en que Jung lo expresa (y en esta afirmación se proclama a sí mismo un "místico"). Sin embargo, la metafísica repudia la psique por completo. Las palabras de Cristo, "ningún hombre puede ser mi discípulo si no ha odiado su propia alma" han sido proclamadas una y otra vez por cada gurú hindú; y lejos de implicar pasividad, la práctica contemplativa implica una actividad que es frecuentemente comparada con el fuego que arde a una temperatura tan alta que no muestra ni chispas ni humo. El peregrino es llamado un "afanado", y un refrán característico de la canción del peregrino es: "sigue caminando, sigue caminando". El "camino" de los vedantistas es, sobre todas las cosas, una actividad.

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